Quitémosle el guante de la cara a los cuerpos embarazados

Para una persona que no le interesa parir, me gusta mucho trabajar con embarazos.

geometría sagrada, realismo mágico y ciencia ficción todo a la vez

Recuerdo que durante el tiempo en que yo pensaba en que quería ser madre, en realidad lo que me atraía de la experiencia era el embarazo y el parto. Amo ayudar durante un embarazo y escuchar los cuentos. Me encanta poder ayudar a las personas que me dan la confianza de ayudarles durante su embarazo, desde haciendo cremas restaurativas para sus cuerpos, hasta preparándoles comida. Es que para mí el proceso de crear un ser humano en el cuerpo, del nacimiento del apego (antes de que nazca el bebé), de como un cuerpo humano puede amoldarse y crecer para producir otro ser humano, para después volverse a adaptar es geometría sagrada, realismo mágico y ciencia ficción todo a la vez.

En estos días surgió el tema en una conversación por mensaje directo sobre la recuperación posparto. En esta conversación la muchacha me contó sobre su experiencia con el peso que aumentó durante el embarazo, y cómo de repente aparecieron una cantidad exagerada de programas “especializados” para “ayudar” a perder el peso aumentado durante el embarazo en tiempo récord.

Desde las dietas para alcanzar una figura particular, hasta los productos que quieren hacer hincapié en la necesidad de verse mágicamente más joven luego de haber sacado un ser humano entero de tu cuerpo, las campañas en verdad dan grima. Y seguimos viendo personas abandonadas por sus comunidades y maltratadas emocionalmente luego del parto, cosa con la que ya tenían que bregar en un sistema patriarcal, pero que ahora tienen que buscar cómo bregar mientras su cuerpo se recupera, y mientras cuidan de un bebé.

De todas las cosas con las que nadie debería joder...

Este artículo hoy es para cualquier persona que necesite un recordatorio de que las expectativas que tenemos como sociedad de lo que debe ocurrir posparto están algarete y que nadie debería de tener que adherirse a ellas.

Tener que volver a trabajar 2-3 meses después de parir está ALGARETE.

Que no haya break de paternidad también.

Le toma al cuerpo casi un año transformarse para parir. NO es realista ni justo esperar que en menos de la misma cantidad de tiempo, esté de vuelta a la funcionalidad “normal.”

Hay cosas que cambian para siempre después de parir, incluyendo en el cuerpo. Ya basta de tanta crema para las estrías y dietas para “recuperar el cuerpo.” Mere.

Criar es difícil. No critiques, ayuda.

La depresión posparto se ha demostrado que, aunque sí hay un elemento hormonal, está ligada también con el aislamiento que muchas veces le sigue al parto.

Las madres NO son superhéroes. Son seres humanos con necesidades.

Y por ahí sigue la cosa.

Levanta la mano si ya te hartaste de los estándares irreales...